martes, 23 de junio de 2009

Diario


«La mujer estará eternamente sentada en el gran sillón negro. Yo seré la única mujer que nunca será tuya. Vivir con exceso ahoga la imaginación. No viviremos, solamente escribiremos y hablaremos para hendir las velas.»

Pájaros de Fuego

Cuando te muerdo absorbo un veneno que se acopla perfectamente a las raíces de mi sangre. Tu mano conquistando montañas, llegando hasta la cima más álgida; tu pierna rebuscando entre mis deseos, tentando a todos los fuegos. Es ahí que decidimos plagiarnos miradas, rezos, hasta los besos para no perdernos ni un segundo de eternidad. Nos desgarramos la piel para quedar tan desnudos de imágenes, de anestesias, para dejar a paso lento el pecho abierto a nuestras mutuas brutalidades. Amor, hoy estamos libres de cualquier hiel y del embrujo mortecino que nos ahogaba las ganas. Es hoy, es ahora cuando todo, todo sentimos: el dolor del anclaje, la dulce sepultación de tu carne en mi carne, la afortunada lujuria de tus manos para tocarme y colocarme donde debes colocarme. Las bocas llenándose de mieles, la lengua recorriendo pronunciadas colinas y rectas líneas... Podemos ser tan humanos en esos instantes y al mismo tiempo dos pájaros incendiados por el hechizo de una habitación de motel.

Sí, es el amor quien conoce de gestos, pero la pasión... solo la pasión sabe del poder de la llama de un fuego y de cómo puede quemarnos por dentro...


Mayo, 2009


2 comentarios:

  1. tu primer seguidor...
    escribamos, hasta sangrar, hasta esos bordes que me seducen...hasta que la distancia sea tan corta que sea necesario saltar abismos...

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  2. Gracias Erker por estar aquí... la poesía ya nos hace saltar abismos... Un beso!

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