Sé que las abejas zumban en tu oído
prometiendo un domingo desarmado.
Consulto mi frenético oráculo
y todo predice que hoy es el día:
Un domingo desarmado
por la lujuria de mis veintiocho años.
Hoy, no daré pie para las excusas,
menos para las treguas de aullidos.
Hoy es el día para conjurar un húmedo tango
y liquidar los sexos con lunáticas fragancias;
hoy es el día para ordenar tu piel
servida entre sábanas de plata,
para que entres en mis sueños
y me pidas que cumpla hasta
tus más recónditos deseos.
No habrá excusa para que hoy
te enredes en la selva de mi pelo
y te pierdas en la insolencia
que guardan mis piernas.
Hoy es domingo desarmado,
es el día para invadir tu hogar
y ser esa niña terrible que te prometí.
eneste poema te espero, asi, alucinado por el deseo
ResponderEliminarSiempre en la espera...te diria millones de cosas sobre tu poesia, pero...nome nace ese fuego de lujuria. Sin embargo...es grandioso y llena mucho de ese vino...de amor
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